Pero entonces, ¿qué es el diseño web?

Decimos que hacemos diseño de páginas web y, claro, es lo que hacemos. Pero, ¿qué es exactamente el diseño web? Y sobre todo, ¿cuándo necesitás un diseñador web?

Un poco de contexto

Mobix arrancó hace mucho tiempo, en el año 2001. Por ese entonces, si querías tener presencia en la web, tenías pocas opciones: o contratabas a algún desarrollador o usabas algunos de los espacios gratuitos como el difunto Geocities (algo así como una ciudad virtual donde las páginas se vinculaban desde “barrios” con contenido que supuestamente estaba relacionado; en fin, en ese entonces Google no existía).

Hoy, 21 años después, se han sumado otras competencias para difundir a través de internet de forma gratuita, como las redes sociales, pero sigue siendo indispensable tener una página web para generar una presencia competitiva en internet. Y las opciones, para eso, siguen siendo más o menos las mismas: o ir hacia una opción gratuita, como Wix, o contratar un servicio de diseño de páginas web. Ambas opciones son válidas: dependen del presupuesto con que se cuente y los objetivos que se quieran alcanzar.

Pero entonces, ¿qué es el diseño web?

Digamos que estás buscando comprar un par de zapatos en Internet. Buscás en Google y entrás al primer resultado, pero algo te resulta molesto en la recorrida de esa página: no es ¿cómodo? ¿amigable? No te detenés a pensarlo pero te vas y entrás al segundo resultado: ahí ves lo que querías, el precio te parece bien y lo comprás sin que nada interfiera con el proceso. ¿Qué pasó? El segundo sitio tenía un buen diseño y el primero no.

¿Cuáles son las claves de un buen diseño web?

1. Legibilidad

Quien entra a tu web busca información: el par de zapatos del ejemplo anterior, o el horario de un espectáculo, o cómo contratar tu servicio de fotos de casamientos. Una buena legibilidad permite que esa información se transmita de la forma más transparente posible al visitante a través de una buena organización visual de los contenidos, de la tipografía, del contraste de colores entre forma y fondo, etc.

2. Responsividad

Ya lo dijimos un par de párrafos atrás: tu sitio web debe adaptarse al tamaño de la pantalla de tu visitante para que, no importa si entra desde su computadora en el trabajo, desde su portátil, desde su teléfono móvil, desde una tableta, siempre pueda ver el contenido de la mejor manera posible.

3. Coherencia

Esto aplica tanto hacia adentro como hacia afuera: hacia afuera porque tu sitio web debe tener una estética acorde con lo que está queriendo transmitir (de nada le servirá una web con una estética barroca a una fábrica de muebles nórdicos), pero también hacia adentro: la recorrida dentro del sitio web debe ser como recorrer una casa, permitiéndole al visitante navegar con libertad los ambientes, sin desorientarlo o hacerle sentir saltos de continuidad.

4. Huella

Un sitio web debe ser recordable, precisa dejar una huella. Los espacios gratuitos atentan contra la personalización y la particularidad: todos los sitios creados en esas plataformas funcionan igual y con una estética parecida. En un mercado tan competitivo como el que atravesamos es necesario diferenciarse de la competencia, y para eso es indispensable contar con un diseño web personalizado, realizado a medida.

Foto de Balázs Kétyi en Unsplash